Ir al contenido principal

Medellín, Colombia


Con 250$ en el bolsillo emprendí mi aventura a Medellín. Vaya que ha sido una aventura. Comprendí que amigo no necesariamente es con quien compartiste varios años de estudios. La convivencia es la parte más difícil de una relación, bien sea entre amigos o pareja.

El paisa, mis tan carismáticos paisas. Gente de bien, de progreso. Me abrieron las puertas a su querida tierra, me ayudaron y animaron a lo largo del camino. Como un buen paisa, aprendí a comerciar mejor o como bien dicen a regatear. La amabilidad, nobleza y carisma para mí son la base de todo paisa.

En mi cabeza quedará grabado el ¡ay, marica!, el inestable pero delicioso clima del barrio La Estrella, los niños en bici haciendo caballito, las parejas tomadas del brazo, los incansables viejos verdes.

En Medellín aprendí a vivir con poco y con muchas emociones dentro de mí. Muchos momentos en los que me sentí en familia con gente que apenas comenzaba a conocer. Comprendí que mientras más pienso en el poco dinero que tengo o el poco dinero que me queda, más me agobiaba y menos disfrutaba. Comprendí que tenía que pensar en abundancia antes que dejarme traicionar por mis pensamientos porque nunca, nunca me faltó nada.

En estas tierras lloré como nunca, extrañé a mi familia, mi hogar… Más es cierto que en estas tierras me preparé para mi próxima aventura, me hice más fuerte, crecí internamente y disfruté cada día en el que no me preocupé por el siguiente.

Eternamente agradecida por haber emprendido esta aventura y de poder continuarla.

Comentarios

Entradas populares de este blog

The 5 Step 'Aha Moment' Process

Immersion – learn, study and practice your domain as much as possible. Incubation – take breaks, have recreational time, find a balance between work and play. ‘Aha Moment’ – a natural by product of first two steps. Deliberation – be honest about your ideas. Keep the good ones, ditch the bad ones. Elaboration – get to work and make your ideas a reality. This is the most important step.

Cinco meses después...

Cinco meses después de salir de mi país, aun extraño todo en la misma medida. Todo lo no material. Cinco meses después de haber vivido en Medellín, asumí el reto. Cinco meses después comprendí lo que es vivir el día a día. No esperé nada del día siguiente, con poco salí a diario con mi mejor cara, a atender cada cliente con todo lo que tenía y más. Dediqué mis días no solo a vender sino a escuchar. A diario escuchaba historias de cada uno de mis clientes, de todo tipo de historias. Cada uno dejaba algo de ellos dentro de mí. Si pudiese plasmar en una foto cada una de sus caras, no dudaría en hacerlo. Cada uno merece su puesto. Desde el niño pequeño con una incansable alegría, con el que hablaba de cosas que sólo los niños saben mirar. Hasta el señor con el que no hablaba pero veía a diario llegar a su casa, desgastado, cansado y quizá un poco desesperanzado. De observar y hablar con la gente aprendí mucho, quizás más de lo que hubiese a...

Freedom

Once upon a time, there was this little girl; she had blue hair and white eyes. People just called her The Girl. She loved to pour water over a big ants farm. Almost all the ants hated when this happen, except one young ant called Freedom. He loved to ride the waves created by the pouring water of The Girl. All the friends of Freedom told him that this was pretty dangerous, that he was too impulsive and needed to stop doing it before it was too late. The time passed by and Freedom disappeared from the farm. His friends started a search. One day, freedom’s girlfriend went to his favorite place to ride, hoping to find her boy. She saw a old ant sitting down in a rock and asked him if he know something about Freedom. He told her “There was once an ant called Freedom that became unstuck in the world. He took the wind for a map. He took the sky for a clock and set off with no destination. He was never lost.” They never look for him anymore.