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Cinco meses después...

Cinco meses después de salir de mi país, aun extraño todo en la misma medida. Todo lo no material. Cinco meses después de haber vivido en Medellín, asumí el reto. Cinco meses después comprendí lo que es vivir el día a día. No esperé nada del día siguiente, con poco salí a diario con mi mejor cara, a atender cada cliente con todo lo que tenía y más. Dediqué mis días no solo a vender sino a escuchar. A diario escuchaba historias de cada uno de mis clientes, de todo tipo de historias. Cada uno dejaba algo de ellos dentro de mí. Si pudiese plasmar en una foto cada una de sus caras, no dudaría en hacerlo. Cada uno merece su puesto. Desde el niño pequeño con una incansable alegría, con el que hablaba de cosas que sólo los niños saben mirar. Hasta el señor con el que no hablaba pero veía a diario llegar a su casa, desgastado, cansado y quizá un poco desesperanzado. De observar y hablar con la gente aprendí mucho, quizás más de lo que hubiese a
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Medellín, Colombia

Con 250$ en el bolsillo emprendí mi aventura a Medellín. Vaya que ha sido un a aventura. Comprendí que amigo no necesariamente es con quien compartiste varios años de estudios. La convivencia es la parte más difícil de una relación, bien sea entre amigos o pareja. El paisa, mis tan carismáticos paisas. Gente de bien, de progreso. Me abrieron las puertas a su querida tierra, me ayudaron y animaron a lo largo del camino. Como un buen paisa, aprendí a comerciar mejor o como bien dicen a regatear. La amabilidad, nobleza y carisma para mí son la base de todo paisa. En mi cabeza quedará grabado el ¡ay, marica!, el inestable pero delicioso clima del barrio La Estrella, los niños en bici haciendo caballito, las parejas tomadas del brazo, los incansables viejos verdes. En Medellín aprendí a vivir con poco y con muchas emociones dentro de mí. Muchos momentos en los que me sentí en familia con gente que apenas comenzaba a conocer. Comprendí que mientras más

Apretadito

El corazón se siente apretadito por las noches. Solo, emocionalmente abatido.  Salir de su zona de confort significó dejar atrás todo, lo que era necesario, lo que quería y todo lo que no.  Lo que más dolió fue dejar esa seguridad que le proporcionaba esas paredes en las que vivía, dejó a quienes quería, tantas cosas...  Por las noches, aprieta y solloza, no es fácil no tener a alguien cercano para un "todo estará bien" aún cuando no estés seguro de que vaya a estarlo.  Emocionalmente, salir de su zona de confort lo ha desgastado. Físicamente aún puede aguantar otros rounds.  El apretadito corazón, busca la luz a través de las grietas, y cuando hay buenos momentos los aspira como adicto a su sensación para hincharse otra vez. Se sacude el polvo y se dice "vamos, si podemos". 

Muchos sin, llenos de SON

Sin intención llegaron a mis días. Sin darme cuenta se me hizo recurrente verlos. Todo paso de estar algo inmóvil para volver a vibrar. Si tiene sentido, le bajé el ritmo a la vida para subirle el volumen. Aprendí sin buscarlo. Me guiaron, cedí el control. Aflojé sin pensar que estaba mal, abrazos por que sí, y para desarmarme "déjate querer" Sin notarlo, taparon una gotera que no sabía que estaba y volvieron a llenar el vaso. Me hicieron sentirme cómoda, a reír sin control, a no tener mucho sentido, a mostrar en toda ocasión cómo te sientes. Qué bonitas son las intenciones sin intención. Los abrazos sin razón. Las miradas llenas de ilusión. Muchos sin, llenos de SON.

La distancia significa mucho más que estar lejos

La distancia significa mucho más que estar lejos. La distancia es saber valorar un café con tu gente. Con los de siempre. O una cerveza al sol.  Es echar de men os pequeños detalles y anécdotas que estando cerca de los tuyos no extrañarías tanto.  Es saber a qué sabe un abrazo de bienvenida, aunque sólo sea por unos días. Y que ese sabor se convierta en tu favorito. O que las despedidas se conviertan en el sabor más amargo que jamás probaste. La distancia es plantarle cara al mundo un día, hacer las maletas e irse. Es no saber muy bien lo que haces hasta que pasan unos meses. Y cuando empiezas a ser consciente de la decisión que tomaste, seguir adelante. Porque sí. Con un par de cojones. Porque la distancia es eso, arriesgarse. Tener valor. Jugársela sin estar seguro nunca. Tener un pie en un sitio y otro en el otro. Es muchas veces tener una lucha interior entre tus sueños y tus sentimientos. La distancia es tener días en que deseas poder teletransportarte, inclus

MAN vs EARTH

I'm Sorry