Ir al contenido principal

Me despido de tí...


Señor, me despido de usted. Me despido de ti con una amplia sonrisa. Fuiste sinónimo de cambios en mi día a día.

Gracias a ti, tomé riesgos, conocí gente inspiradora, hice cosas que jamás hubiese imaginado y que al final del día las repetiría. Tomé un paso más allá de lo que se había vuelto confortable para mí.

Contigo, me dejé ver un poco más, me sumí en un estado de presencia y no me importó ser más vulnerable ante aquellas personas que sé que sólo quieren lo mejor para mí. Reí con todas las ganas, apreté mi barriga hasta quedarme sin aire.

Me quisiste tanto que pusiste en mi camino gente de la que aprendí mucho, gente que me hizo reír y llorar. Me diste todas las oportunidades de vivir experiencias nuevas que como siempre, lograban lo que más me encanta, hincharme el corazón de alegría y recordarme qué significa vivir.

Me hiciste ver que no porque tengas tiempo conociendo a alguien significa que siguen siendo las mismas personas, somos y estamos constantemente cambiando, y que, si no nos permitimos dejar ver cómo el otro ha cambiado, acabamos conformándonos con alguien que puede que ya no esté destinado a permanecer en nuestras vidas.

Me despido de ti con un profundo sentimiento de agradecimiento, porque me ayudaste a seguir creciendo y seguir queriéndome más y más. Me enseñaste a aceptar dejar ir lo que ya no tiene sitio en mi vida y dejar entrar aquello que es para mí.

Es un adiós, sí, pero me quedo con tus enseñanzas de por vida.

Gracias por todo Señor 2015. 

P.S.: Para entenderte, tuve que mirarte desde cerca y detallarte y así comprender todo lo que significaste.

Comentarios

Entradas populares de este blog

30 Things to Stop Doing to Yourself

As Maria Robinson once said, “Nobody can go back and start a new beginning, but anyone can start today and make a new ending.”  Nothing could be closer to the truth.  But before you can begin this process of transformation you have to stop doing the things that have been holding you back. Here are some ideas to get you started: Stop spending time with the wrong people. – Life is too short to spend time with people who suck the happiness out of you.  If someone wants you in their life, they’ll make room for you.  You shouldn’t have to fight for a spot.  Never, ever insist yourself to someone who continuously overlooks your worth.  And remember, it’s not the people that stand by your side when you’re at your best, but the ones who stand beside you when you’re at your worst that are your true friends. Stop running from your problems. – Face them head on.  No, it won’t be easy.  There is no person in the world capable of flawlessl...

Cinco meses después...

Cinco meses después de salir de mi país, aun extraño todo en la misma medida. Todo lo no material. Cinco meses después de haber vivido en Medellín, asumí el reto. Cinco meses después comprendí lo que es vivir el día a día. No esperé nada del día siguiente, con poco salí a diario con mi mejor cara, a atender cada cliente con todo lo que tenía y más. Dediqué mis días no solo a vender sino a escuchar. A diario escuchaba historias de cada uno de mis clientes, de todo tipo de historias. Cada uno dejaba algo de ellos dentro de mí. Si pudiese plasmar en una foto cada una de sus caras, no dudaría en hacerlo. Cada uno merece su puesto. Desde el niño pequeño con una incansable alegría, con el que hablaba de cosas que sólo los niños saben mirar. Hasta el señor con el que no hablaba pero veía a diario llegar a su casa, desgastado, cansado y quizá un poco desesperanzado. De observar y hablar con la gente aprendí mucho, quizás más de lo que hubiese a...

The Ostrich

A man walks into a restaurant with a full-grown ostrich behind him. The waitress asks them for their orders. The man says, "A hamburger, fries and a coke," and turns to the ostrich, "What's yours?" "I'll have the same," says the ostrich. A short time later the waitress returns with the order. "That will be $9.40 please." The man reaches into his pocket and pulls out the exact change for payment. The next day, the man and the ostrich come again and the man says, "A hamburger, fries and a coke." The ostrich says, "I'll have the same." Again the man reaches into his pocket and pays with exact change. This becomes routine until the two enter again. "The usual asks the waitress?" "No, this is F...