Después de una serie de eventos en los que unos dirían que fueron desafortunados y otros no tanto, he de decir que me siento completa. Tras haber estado tres meses fuera de mi zona de confort, de mi país, aprendí muchas cosas valiosas. Cuando tuve el coraje de estar presente en cada momento, de observarme, descubrí la cantidad de reacciones que podemos tener cuando sentimos miedo, amor, rabia, felicidad. Día a día damos las cosas por sentado. Como si la vida fuese a seguir el mismo curso para siempre o como si los cambios no fuesen a ser realmente demasiado impactantes. Pero hay que ver las cosas que pasan, cuando es tu turno por un cambio significativo en el que tienes que dejar tu casa. - Primero; toda tu vida puede estar empacada en una sola maleta. - Segundo; te das cuenta de cuánto necesitas a tu madre, padre o a quien siempre has acudido cuando necesitas un consejo o tienes un dolor de panza. - Tercero; que no es lo mismo estar solo que en so...