"...el hombre moderno necesita su vestido impersonal como máscara. Su individualidad es tan monstruosamente vigorosa que ya no la puede expresar en prendas de vestir. La falta de ornamentos es un signo de fuerza espiritual. El hombre moderno utiliza los ornamentos de civilizaciones anteriores y extrañas a su antojo. Su propia invención la concentra en otros objetos." Adolf Loos 1908 De la edición en castellano: “ Ornamento y delito y otros escritos”. Gustavo Gili.- Barcelona 1972.