El corazón se siente apretadito por las noches. Solo, emocionalmente abatido. Salir de su zona de confort significó dejar atrás todo, lo que era necesario, lo que quería y todo lo que no. Lo que más dolió fue dejar esa seguridad que le proporcionaba esas paredes en las que vivía, dejó a quienes quería, tantas cosas... Por las noches, aprieta y solloza, no es fácil no tener a alguien cercano para un "todo estará bien" aún cuando no estés seguro de que vaya a estarlo. Emocionalmente, salir de su zona de confort lo ha desgastado. Físicamente aún puede aguantar otros rounds. El apretadito corazón, busca la luz a través de las grietas, y cuando hay buenos momentos los aspira como adicto a su sensación para hincharse otra vez. Se sacude el polvo y se dice "vamos, si podemos".